Mensaje de los Arcanos: XIV La Templanza

Sólo en equilibrio interno podemos encontrar las respuestas a las interrogantes. Cuando las emociones de calman y cesan los pensamientos, oímos la voz interior, la voz de maestros y guías, que se manifiestan como una certeza interior más que como las “voces” que oímos en nuestra experiencia terrena.  La Templanza indica el momento para no pensar, meditar en silencio, en contacto con nuestro propio corazón a fin de captar, desde allí, qué es lo mejor para  hacer ahora. Mantener el equilibrio, reconocer los extremos en cada situación y buscar el centro, donde no hay luchas ni tensiones, es lo que se ha llamado “el camino del medio”. 

La Templanza alude la moderación, la acción correcta, paciente y oportuna, el combinar los opuestos que conduce a la armonía, a la integración. No hay una manera más armónica de alcanzar las metas más preciadas. Un enfoque nuevo y abierto, dinámico pero armónico, que lleva al “desbloqueo” tanto interno como en las relaciones y negociaciones. Nos señala el equilibrio y la habilidad imperturbable que inclina a la salud física, mental y espiritual y nos recuerda que la lucha y la tendencia a los extremos conducen al dolor. No son la solución para nuestros conflictos, sino que contribuyen a su profundización. Recomienda buscar la paz interior con sinceridad sin negar la realidad. 

Serena tu mente trata de compensar las cargas, en vez de permitir que se extremen ignorándolas. No permitas que las pasiones priven sobre las razones, pues las emocionen sin control desbordan y producen desequilibrios. Entonces, no decidas nada mientras no encuentres tu centro. Suelta los problemas, posterga las decisiones mientras tu mente se serena y tu corazón encuentre el ritmo apropiado para que te sientas en armonía. Seguramente que no tienes que fijar posiciones en este minuto, salvo por tu propia exigencia. Date una tregua y decide luego de descansar, relajarte o, mejor aún, meditar. Meditar es no pensar y dejar hablar al corazón. 

Afirmación: En nuestro universo todo fluye de manera armoniosa y sincronizada. Así, nuestra vida -nuestro pequeño mundo- también fluye con un ritmo perfecto acoplado al del universo. Algo va, algo viene; algo muere, algo nace; algo asciende, algo desciende. Yin y yang se alternan, se combinan y se complementan. Entendiendo esto no hay lucha ni fracaso. Me relajo y busco dentro de mí la serenidad necesaria para sobrellevar las dificultades y poder valorar mis avances. Centrándome encuentro las repuestas que necesito.

Fuente: Marinela Ramírez - Escuela Superior de Tarot, Caracas