...bienvenidos a mi mundo de experiencias con el tarot...

Tirada para el analisis de la pareja

Esta tirada nos da mucha información acerca de la pareja, nos dara informacion tanto del pasado, como del presente y  del futuro sirviendonos como apoyo, para poder saber hacia donde camina y en que esta ahora.
Esta tirada sirve para contestar interrogantes acerca de lo que te preocupa en tu relación, o de lo que piensas anda mal y puede arreglarse. Se trata de buscar opciones para la pareja.

Se usan los arcanos mayores y se distribuyen de la siguiente manera.
Las cartas numero 1, 2, 3 nos hablaran de ELLA, nos indica en que esta ahora mismo ella que piensa que siente con respecto a la relación.
Las cartas 5, 6, 7 nos habla sobre EL en el mismo sentido, que piensa , que siente ahora mismo él en la relacion.
Las cartas numero 11, 12, 13 nos habla del pasado de la relacion, lo que les ha hecho llegar al presente.
La carta numero 4 nos habla del presente en la relación, lo que hay ahora mismo entre ellos, no lo que ellos piensan o sienten, sino lo que de verdad hay.
Las cartas 8, 9, 10 nos habla sobre lo que segun el presente que tienen hacia donde va la relacion ...
Debemos tener en cuenta el corte, para que nos de mas informacion.
En esta tirada no se formulan preguntas ya que siempre hablaran de la evolucion de la pareja en su historia, para preguntas concretas se complementa con otra tirada por ejemplo la geométrica o rombo del amor.
A mi personalmente me ayuda mucho para situar a la historia, por la que me estan preguntando algo en concreto para saber como esta la relación en este momento...tambien para saber que pasara a corto plazo pues es futuro inmediato el que marca.


Fuente: Apuntes de Vera www.tarotdelazarina.es
30/06/2011 Tarot de la Zarina

Tirada con Cinco Cartas

Esta es una tirada que aprendí de mi abuela, desde niña la veía barajando y repartiendo las cartas, poniéndolas sobre el tapete en forma de abanico y dando a elegir a sus amigas.
Un poco viéndola, otro poco preguntándole, un poco de practica y con el tiempo la fui haciendo mía; la curiosidad me llevo a investigar en sus orígenes y encontré en el libro de Olga y Ramón esta descripción que les transcribo.

o «Tirada del Árbol de Lukor»*

"El origen de esta tirada es muy incierto; al parecer su inventor fue un mago y alquimista del Renacimiento. Por su sencillez nos permite, en base a cinco cartas, conocer la situación pasada, presente y futura, de aquello que demandemos y además, las respuestas se pueden ampliar convenientemente en función de las dudas del consultante.

Para la realización de esta tirada, el cartomante barajará las cartas y las entregará para cortar al consultante, luego volverá a agruparlas y extendiendo el mazo boca abajo en forma de abanico se le pedirá al consultante que formule su pregunta en voz alta y que tome cinco cartas. Manteniendo el orden en que han sido extraídas se colocarán sobre la mesa de frente al consultante, de izquierda a derecha, debiendo interpretarse de la siguiente manera:


Carta 1: Pasado Lejano: Nos hablará de las circunstancias vividas por el consultante y que forman parte de su experiencia de vida.

Carta 2: Pasado Cercano: Esta carta marcará también las influencias que ha tenido a corto plazo el consultante y que le conducen a la situación que está viviendo ahora.

Carta 3: Presente o Momento Actual: También es una carta que nos habla del consultante, es su presente pero también la carta que le representará.

Carta 4: Futuro Cercano: Indica los próximos pasos que deberá seguir el consultante, así como la forma en que irán viniendo los hechos dentro de un futuro cercano.

Carta 5: Futuro: También conocida como futuro lejano, esta carta tendrá que ser siempre interpretada como una continuación de lo que nos marque la carta número 4.

Una vez establecida la tirada, podremos ampliar cada una de las respuestas de las diferentes cartas con la tirada de otras dos debajo de cada una de ellas. En este caso, colocaremos por debajo una carta a la izquierda y otra a la derecha, entendiendo que la de la izquierda nos marcará las situaciones negativas, es decir los problemas, dificultades y situaciones de compleja resolución.

La carta de la derecha nos estará indicando los aspectos más favorables y de apoyo para el consultante. Esta ampliación sólo se podrá realizar con las cartas 1,2,4 y 5, en el caso de la carta número 3, la que representa al consultante, si deseamos ampliar conocimientos, deberemos tirar tres cartas, a las que vamos a definir A, B y C.

La carta A indicará las cualidades más positivas del consultante. La carta B nos estará hablando de lo negativo del consultante, es decir de aquello que le impide evolucionar. Finalmente la carta e nos estará hablando de las cosas que tiene que modificar de inmediato."

*Fuente: “60 maneras fáciles de tirar el tarot”
Ramon Plana y Olga Roig
Edic. Karma 7 – Madrid, 2009
29/06/2011 Tarot de la Zarina

Autoanalizarse a Traves del Tarot

Cualquiera que haya tenido entre sus manos, por primera vez, un juego de Tarot lo encuentra fascinante. Las figuras que se despliegan ante nuestros ojos o son atractivas, o repulsivas, nunca indiferentes. De entre las aplicaciones prácticas de éste ancestral juego, aparte de servir como una guía iniciática, o como un instrumento de predicción; a partir del siglo pasado se comenzó a experimentar alrededor de las posibilidades autoanalíticas del Tarot.
Debido a que los arcanos recorren la totalidad de la experiencia humana., aquellos que te atraen son los que tú reconoces, que te dan seguridad porque ellos corresponden a un modelo que tú has vivido, que has integrado en tu vida.

Aquellos que rechazas son los modelos de situaciones que tú aún no has vivido. La violencia de tu reacción manifiesta simplemente la proximidad de esta situación en tu futuro. Así también, tú reconoces un modelo, pero se trata de un modelo que no has integrado todavía, o que está en camino de ser experimentado - dentro de unas horas o de unos años - o bien uno que tú has rechazado sistemáticamente cada vez que se presentaba.
Por lo tanto, los arcanos que tú prefieres indican lo que conoces de ti mismo; los que rechazas indican lo que no quieres aceptar todavía. Las situaciones que tú desconoces, y que están aún muy alejadas, no despiertan una defensa de tu subconsciente, ninguna reacción violenta, sino una vaga y moderada falta de «afinidad» con esa carta.

El diagnóstico podrá ser extremadamente fino y preciso, sin conflicto para el consultante, porque en ningún momento éste será crudamente confrontado con su problema fundamental en forma verbalizada. Todo pasa en un nivel simbólico; así el curso de la terapia nunca será muy doloroso. El proceso de maduración en el que el inconsciente entrena al ser - a veces de manera caótica, siempre sometiéndolo a diversas pruebas - será efectuado en las mejores condiciones, pues el trabajo con el tarot permite no suprimir el «nudo» energético del conflicto, lo que significaría suprimir también la afluencia de la energía, error cometido por la mayoría de los psiquiatras.
Y es que, en muchas ocasiones, las cartas que nos atraen especialmente, nos están advirtiendo sobre aquellas carencias que tenemos o sobre aquellas cualidades que hemos de desarrollar en nuestra vida. La vida nos pone muchas veces en esas situaciones que podríamos calificar como espejos, que se repiten constantemente y que su única función es que aprendamos algo que necesitamos aprender.
Un ejemplo. Aquella persona que en esta encarnación tenga que desarrollar la paciencia, se verá constantemente abocada a situaciones que pongan una y otra vez a prueba su paciencia. No es que la vida se empeñe en hostigarnos, todo lo contrario, nos está ofreciendo cientos, miles de oportunidades para que cumplamos con esa misión que hemos venido a llevar a cabo, una vez que logramos entender esto y aprendemos la lección, esa situación espejo desaparecerá de nuestra vida, pues ya no tendrá sentido.
En cierto modo, ese Arcano que nos atrae especialmente, nos está diciendo qué es lo que necesitas aprender en esta vida, cuál es aquella condición que tu espíritu busca. Elegí el ejemplo del Loco porque sus cualidades son las que mucha gente busca: independencia, libertad, confianza… el ser humano es esclavo de muchas cosas y en el fondo anhela más libertad, pero insertado en un engranaje tan cerrado como es el de la sociedad actual, es muy complicado que pueda acceder a esa libertad absoluta que personifica el Loco. El que intenta vivir al margen del sistema no lo tiene nada fácil. Por supuesto hay esclavitudes materiales, pero no olvidemos que también existen las mentales y las emocionales
No digo que en este diagnóstico la intuición esté de más. Un solo arcano engloba un número infinito de niveles de encarnación del arquetipo, y es preciso elegir el nivel exacto correspondiente a la realidad vivida por el consultante. La terapia le permitirá asimilar el «modelo» antes o después de la crisis, o fuera de la crisis, y, por consiguiente, ubicar las otras experiencias arquetípicas ya vividas en la estructura general de la que el tarot es el reflejo.
El papel del «taroterapeuta» deberá entonces limitarse a hacer que el consultante describa la carta lo más exactamente posible - según él la ve - registrar sus reacciones y permitir la objetivación. A menudo, el efecto sobre el consultante es sorprendente. El tarot produce una tal toma de consciencia, una tal comprensión, que el consultante recibe desde el comienzo una sobrecarga de vitalidad y una regulación de la energía espectaculares.
Además, ciertas cartas producen efectos inmediatos de compensación y equilibrio, después de una concentración de algunos minutos de atención al contemplarlas.
Esta terapia origina relaciones extremadamente apacibles y estimulantes entre terapeuta y consultante sin que intervenga dominación, transferencia, etc.
Así pues, ya sea como parte de una experiencia terapéutica, o por el deseo de lograr un mejor autoconocimiento, el Tarot se nos presenta como un instrumento afinadísimo para lograr esos objetivos.
Fuente: Apuntes de Vera
28/06/2011 Tarot de la Zarina

Primeros Pasos en Adiestramiento Oculto

El ocultismo práctico es un método de adiestramiento personal, un sistema de educación en el estricto sentido de la palabra, que significa “hacer salir”. Los poderes que han de manifestarse están ya presentes en la vida interior del aspirante. Su propósito es descubrir tales potencias ocultas y aprender el mejor modo de emplearlas. Así es como los grandes textos de la Sabiduría Eterna siempre insisten en que la lección fundamental que todos debemos aprender es que no existe límite para las posibilidades del Espíritu en el hombre. Los Oráculos Caldeos nos dicen: “Explora el Río del Alma, de donde, o de cuyo orden provienes, de modo que aunque te hayas convertido en un siervo del cuerpo, puedas ascender de nuevo al Orden del cual descendiste, uniendo las obras la razón sagrada.” El Chhandogyopanishad declara: “El Ser que está más allá del pecado, la decadencia, la muerte, la pena, que no requiere comida ni bebida, que todo él es deseo cumplido, pensamiento realizado, debe ser buscado, debe ser perseguido: Tiene acceso a todos los mundos, todos sus deseos cumplidos, y habiendo conocido ese Ego, lo verifica completamente en sí y en todo.” Y Lao-Tze pregunta “¿De qué otra manera puedo llegar a conocer las leyes que gobiernan todas las cosas, si no es observándolas en mí mismo?”Siempre que tengamos en cuenta el principio fundamental de que el entrenamiento oculto es una técnica para extraer poderes que ya están presentes en nosotros, podremos distinguir el auténtico esoterismo de sus muchas falsificaciones. ¿Nos están ofreciendo algo que demanda obediencia ciega a la autoridad? ¿Alguna organización pretende que puede comunicarnos poderes, siempre que cumplamos los votos requeridos y que paguemos los inevitables honorarios (inevitables, incluso aunque estén disfrazados de “amorosas donaciones”)? Usted ganará mucho al rehusar tales propuestas. Los maestros son necesarios, y para cierta clase de entrenamiento esotérico, las organizaciones parecen ser indispensables. Pero cuando mejor conoce su trabajo un maestro, mejor comprende que su tarea es evocar en vez de comunicar. Muchos de nosotros sabemos que hay círculos dentro de círculos en las organizaciones esotéricas, pero también sabemos que el valor real del trabajo en grupo consiste en la oportunidad que proporciona para la expresión concertada del poder que está centrado en cada miembro del cuerpo del grupo.En cada ciudad encontramos un cierto número de esos desdichados a quienes un amigo mío llama “maestroadictos”. Haga el circuito de las conferencias en su ciudad y encontrará las mismas caras en todas las reuniones. Todos buscando en vano más luz donde nunca la encontrarán. Cada vez que algún parlanchín aparezca por la ciudad irán en tropel a escucharle. Se sentarán a los pies del próximo “lo más... del mundo” y así seguirán, Ad infinitum y ad nauseam. Pero de un modo u otro, nunca encontrarán que es lo que siempre han estado esperando. ¿Cómo podrían encontrarlo cuando, no solo buscan en el sitio equivocado, sino que también se confunden totalmente respecto al punto principal del entrenamiento oculto? Lo más que puede hacer un maestro es presentarle a su propio ser y mostrarle una forma de mejorar las maravillosas oportunidades que ofrece tal reconocimiento. Si es un maestro que valga la pena, no le permitirá permanecer únicamente a la escucha, ya que sabrá que escuchar conferencias y leer libros no es educación. La única cosa que evocará nuestros poderes internos es la acción y en toda la literatura de la Sabiduría Eterna no hay un dicho mejor que la enérgica afirmación de Eliphas Levi: “Debemos hacer a fin de ser” la acción, no obstante, comienza en la mente, y el primer paso hacia la evocación de nuestros poderes ocultos es la práctica de la concentración. Es usted humano si, en este punto, su impulso es saltarse el resto de este artículo, ya que es improbable que cualquier lector de MAS LUZ haya podido evitar parte de la voluminosa profusión de datos sobre este tópico que la prensa nos ha proporcionado durante las últimas cuatro o cinco décadas. Pero si puede resistir dicha tendencia natural hasta que haya leído un poco más, quizá pueda encontrar en el resto del artículo algo que justifique el reprimir tal impulso. Puede que renazca su interés si le digo que, en primer lugar, no existe ninguna dificultad en particular en cuanto a la concentración, a pesar de todo lo que se ha dicho o escrito en sentido contrario. Sin duda es difícil, si no completamente imposible pensar en una sola cosa, con exclusión del resto, durante un período de tiempo considerable. Puede que haya gente que pueda hacerlo, tal como hay gente que puede ponerse de cabeza y hacer malabares con seis cuchillos. Pero esto no es lo que los ocultistas consideran como concentración. Lo que se plantean no es tan espectacular, pero es mucho más útil. El truco está simplemente en mantener la atención sobre una idea central, a la vez que dejamos que la mente dé vueltas, por así decir, alrededor del centro elegido. Esto requiere cierta práctica, ciertamente, pero la misma que cualquier cosa que valga la pena. Se necesita práctica, no porque concentrarse sea difícil, sino porque la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay que seleccionar algo sobre lo que concentrarse. Debe ser un acto intencionado, y no una mera entrega a lo que en un momento dado sea lo más interesante. Tome un objeto familiar, por ejemplo, un lápiz. No lo examine de cerca al principio. Simplemente mírelo, y entonces póngase a traer a la superficie de su consciencia todo lo que sabe acerca de los lápices. Al mismo tiempo, mantenga la corriente de ideas girando alrededor de este lápiz en particular. Puede hacer esto fácilmente observando si los fragmento de conocimiento acerca de los lápices que comienzan a emerger de las profundidades de su consciencia interna están relacionados con su lápiz por su semejanza o si se refieren a otra clase de lápiz. Al poco rato, habrá llegado, tarde o temprano, al final de todo lo que usted sabe acerca de los lápices. Entonces, el próximo paso es dedicar un poco de tiempo a considerar aquello que usted no conoce acerca de este particular implemento de escritura. Encontrará que hay una virtud mágica en este ejercicio. Muy poca gente parece comprender cuan útil nos es medir nuestra ignorancia. No me voy a detener aquí para decirle cual es la magia, ya que deseo que experimente el placer de descubrirlo usted mismo. El tercer paso es coger el lápiz y examinarlo tan cuidadosamente como pueda. En este momento seguramente notará ciertos detalles que al principio se escaparon de su atención. Algunos de ellos tendrán relación con su acopio de conocimientos sobre lápices. Otros pertenecerán al grupo de cosas que ignora respecto del mismo tema. Llegados a este punto, interrumpa el ejercicio y vaya a ocuparse de sus asuntos cotidianos. Pero repita el ejercicio varias veces cada día, usando un objeto diferente cada vez. Recuerde que ha de usar siempre un objeto real durante los primeros ejercicios. Haciéndolo así, se irá acostumbrando a los fundamentos de la concentración y disfrutará de más de una sorprendente aventura mental, de modo que no tendrá dificultades en mantener su interés. Después de una semana con este entrenamiento preliminar, podrá intentar una concentración puramente mental. Comience por encontrar en su mente qué es lo que más quiere, más que a nada. Si ya lo sabe, es usted una persona poco común. La mayoría de la gente no tiene objetivo alguno en la vida, e incluso cuando creen que tienen algún propósito definido, a menudo les ocurre, si se les da una oportunidad como esta para examinarse a sí mismos honestamente, que no tienen muy claro qué es lo que quieren en realidad, después de todo. Así que tómese su tiempo para sopesar los “pros” y los “contras”. Tenga todo en cuenta. Puede usar lápiz y papel y escribir varias expectativas seductoras, y escoger entre ellas. Observe atentamente, no importa cuantas ideas le vengan a la mente durante la primera parte de esta práctica, en la medida que sean puntos de conocimiento que le llevan hacia su objetivo seleccionado. Tampoco importa cuantas cosas le vengan a la mente durante la segunda parte del trabajo, dado que son cosas que usted no sabe acerca del objetivo. El punto que debe vigilar es que su mente no se desvíe hacia cosas que no tengan relación con la idea central. Mientras mantenga sus pensamientos girando alrededor de ella, usted estará concentrado. El tercer estado de este trabajo consiste en clarificar los detalles de la imagen mental de su objetivo. Me doy cuenta que asumo que usted entiende que es necesaria una imagen mental, y que probablemente lo comprende. Pero en caso de que esté asumiendo demasiado, quizá deba decir que no es de ningún modo suficiente seleccionar algún término abstracto como “Salud”, o “Sabiduría”, o “Éxito” como su objetivo central de concentración mental. Usted debe tener algún tipo de imagen a la que mirar. Debe verse a sí mismo como desempeñando el papel de un ser humano sano. Debe verse a sí mismo comportándose sabiamente: Debe tener imágenes definidas y concretas sobre las condiciones exactas que incorporan al éxito. Cada día de su vida debe incluir un período de tiempo seleccionado y mantenido religiosamente para esta práctica superior de concentración. Cada práctica debiera acabar con un esfuerzo deliberado para hacer cada vez más nítido y más brillante en definición cada detalle de su imagen mental. Usted se dará cuenta que esto siempre es posible y que su interés en la imagen hará que le sea fácil concentrase. Otro detalle en el espacio que nos queda: asegúrese de pensar en su imagen mental como en una realidad presente. No cometa la equivocación de colocarla en el futuro. Esta es una equivocación porque una imagen mental es tan real como una casa o un árbol. Es realmente presente cuando la está mirando. No pierda el tiempo pensado en cuando se va a convertir y realizar en una condición real de su vida. Nada en la tierra ni en el cielo puede impedir que se exteriorice salvo su propia actividad mental. Si usted teme que no vaya a ocurrir, entonces se habrá disipado antes de materializarse. Pero si practica este ejercicio con fe, descubrirá que la visualización es el secreto de la concentración eficaz, y que tal concentración es un verdadero poder mágico que puede transformar su existencia en perfecta correspondencia con su imaginación mental. 


Por:  Paul Foster Case
publicado por RolandodeSantiago Tarot

Astrología, Medicina y Magia

Las obras de astrología traducidas del árabe al latín en los siglos XII y XIII fueron absorbidas con avidez por los practicantes de la medicina, atraídos por el prestigio de ligar su arte al estudio de los cielos. Las técnicas astrológicas complementaron, más que sustituyeron, a la medicina galénica tradi­cional' permitiendo a los médicos descubrir cuáles eran las horas más propicias para administrar medicinas, sangrar a los enfermos, practicar la cirugía y predecir el desarrollo de una enfermedad. A finales del siglo XIV los médicos de muchos países eran obligados legalmente a calcular la posición de la luna antes de practicar una operación, y se desa­rrolló una nueva versión plegable del almanaque que permitía a los fisicos llevar sus ins­trumentos de medicina astrológica a sus pacientes. En la medicina astrológica, los aspectos matemáticos y proféticos de la astrología interactuaban con las teorías clásicas tardías que situaban el microcosmos del cuerpo del hombre en relación con el macrocosmos. Esta relación se representaba a menudo en forma de un diagrama llamado «el Hombre Microcósmico». La figura humana central está rodeada de las esferas de los cuatro elementos y los planetas, ocupando el lugar de la Tierra en la cosmología medieval. Cada esfera planetaria contiene una breve anotación que la sitúa astronómicamente, cosmológicamente y en relación con el hombre. El comentario que aparece dentro de la esfera de Saturno, por ejemplo, afirma que este planeta completa su órbita en treinta años, se encuentra en el séptimo cielo y rige sobre el bazo. Más allá de las órbitas planetarias se encuentra la esfera de los signos del zodiaco desde cada uno de los cuales surgen líneas rojas que se dirigen a la parte del cuerpo humano sobre las que rigen, y débiles líneas negras las unen a sus gobernantes planetarios. Desde la cabeza hasta los pies, desde el hígado hasta el corazón, el hombre era objeto de influencias celestiales que determinaban su relación de simpatía y dependencia con el Universo. Estas se asientan sobre la relación entre el hombre y Dios, al que no se omite en el diagrama: la última esfera del universo es «el cielo empíreo donde está el Señor Jesucristo». La medicina astrológica se basaba en una serie de principios que tienen su origen en los autores de la Antigüedad tardía. El hombre se componía de las cuatro cualidades: caliente, frío, húmedo y seco, que se combinaban con los cuatro elementos primarios: aire, tierra, fuego yagua. Su carácter e inclinaciones naturales quedaban determinadas por el predominio de uno de los cuatro fluidos o humores constituyentes y vitales de su cuerpo: sangre ( aire), bilis amarilla (fuego), flema ( agua) y bilis negra ( tierra) . Estos le dotaban de un temperamento sanguíneo , colérico, flemático o melancóhco. La salud del cuerpo dependía del equilibrio de los humores y la enfermedad era percibida frecuentemente como el resultado de la preponderancia o la deficiencia de uno de ellos. Los temperamentos y los desórdenes corporales se asociaban a signos del zodiaco y planetas concretos, cuya influencia en un paciente se podía percibir mediante el anilisis de su horóscopo. Los hombres y las mujeres bajo la influencia de Saturno, según el texto astrológico del siglo XIII Compilatio de astrorum scientia, de Leopoldo de Austria, serían pro­pensos a padecer «largas enfermedades, y particularmente aquéllas que se deben a humo­res melancólicos... tales como lepra, gota, fistulas, cáncer, pulmonía, fiebre cuartana, antojos o marcas de nacimiento, aromas fétidos y mal aliento de la boca y de la nariz». La luna era el planeta más importante para la medicina astrológica, debido a su cercanía a la Tierra y a la creencia de que afectaba al incremento y la disminución de los humores de la misma manera en que influía sobre las mareas. Uno de los métodos prin­cipales para corregir cualquier trastorno en el equilibrio de los humores era la flebotomía o sangría, para la que se aconsejaban ciertos días lunares, mientras que otros se creían peligrosos. Se consideraba especialmente arriesgado sangrar a un paciente o practicarle cirugía cuando la luna se encontraba en el signo del zodiaco que regía la parte del cuerpo lesionada. De ahí que el médico con un instrumento para sangrar que aparece a la derecha del rey en una miniatura del Secreta secretorum se empareje con un astrólogo en el lado contrario, que sostiene un instrumento para determinar la posición del sol y de la luna. El disco móvil era otro instrumento para localizar la posición de la luna en el zodiaco. Un elegante ejemplo en pergamino del libro del Gremio de los Barberos-Cirujanos de York, aparece rodeado por los santos patronos del gremio, san Juan Bautista y san Juan Evangelista (arriba), y los santos patronos de la medicina y la cirugía, san Cosme y san Damián (debajo). Se comenzaría colocando el índice del sol (el disco giratorio y la aguja) apuntando hacia un día concreto del año del disco exterior que representa el calendario. El índice central de la luna (que aquí falta) se situaría entonces en el día lunar marcado en rojo en el índice solar y así se sabría sobre qué signo del zodiaco se encontraba. La imagen omnipresente de la medicina astrológica es el hombre del zodiaco, una llamativa representación de un hombre desnudo literalmente plagado de signos zodiacales que presionan sobre las partes del cuerpo que se encuentran bajo su dominio. Como una ayuda visual atractiva que pervive en cientos de ejemplares, pudo estar destinado a incrementar la comprensión del paciente y también la del médico, impre­sionándoles con la influencia de lo celestial en las artes médicas. Presenta las partes del cuerpo sobre las que rigen los signos del zodiaco y se acompaña de advertencias contra las sangrías y las operaciones a horas desaconsejadas según la posición de la luna (en esta miniatura los peligros quedan subrayados por el gesto de cautela del hombre del zo­diaco) . A menudo se dotaba a estas figuras de un aire piadoso mediante su pose, muy similar a la de Cristo, y su pasiva desnudez, que al menos en una ocasión hicieron que su significado se malinterpretara. Cuando, en 1557, el arcediano de Canterbury, Nicholas Harpsfield, emprendió una de las visitas que hacía dos veces al año a las iglesias y al clero, se horrorizó al descubrir que los servicios religiosos de la capilla de Egerton se realizaban ante la imagen de un hombre desnudo rodeado de los doce signos. No nos consta que hubiera ningún castigo para los confundidos clérigos, pero sí que el archidiácono ordenó que se les proporcionara inmediatamente una estatua de la crucifixión. El hombre del zodiaco proviene de un almanaque astrológico y médico construido a partir de pequeños trozos de pergamino cosidos en sus extremos, que fueron desdoblados en secciones para revelar parte del calendario, una tabla útil o un diagrama astronómico o médico. Estas versiones plegadas del popular almanaque se fabricaron para los practicantes de medicina en la primera mitad del siglo xv, porque podían pegarse convenientemente al cinturón del médico cuando visitaba a sus pacientes. Muchos de los almanaques plegables que han llegado hasta nosotros contienen también pronósticos pictóricos de varios tipos. Relacionados con los textos de adivinación popular por los días de la luna o el día de la semana en que caían importantes días festivos, su forma pictórica sugiere que debieron ser diseñados para usuarios iletrados. En el ejemplo aquí ilustrado (47), cada uno de los días de la semana (a-g) y de las horas del día (I-XII) queda ligado a un planeta y a un símbolo. El Sol se asocia a un par de manos estrechadas; la Luna, auna flecha; Marte, a un niño recién nacido, etc. Este tipo de pronosticación se usaba para identifIcar los días y las horas apro­piados para realizar diversas actividades, tales como casarse, partir a la guerra o de caza, bautizar a un niño, realizar transacciones económicas o incluso cortar madera. También se consultaba para averiguar el carácter o la futura ocupación de un niño (comerciante, soldado, guardabosques), según el día y la hora de su nacimiento. La práctica de la astrología nunca se separó demasiado de las artes ocultas, tanto adivinatorias como mágicas o alquímicas. Los métodos populares de adivinación a través de los días de la luna y los signos zodiacales se mantuvieron estrechamente asociados a sus equivalentes más cultos en método y en manuscritos. La geomancia, el arte de adivinar dibujando una serie de puntos (sobre la tierra o sobre pergamino), tomó prestadas muchas técnicas de la astrología, aunque sus practicantes no necesitaran un astrolabio. A menudo considerado una rama de la astrología, este arte adivinatoria cayó en gracia de varios soberanos medievales: las figuras ilustradas aquí fueron copiadas de un tratado de geomancia perteneciente a Ricardo Il. Cada una de ellas representa una de las configuraciones de puntos producida por complejos cálculos astrológicos a partir de los cuales el geomante realizaba sus predicciones. Según la tabla que las acompaña y que muestra la naturaleza y propiedades de cada modelo, ambas están ligadas al planetaVenus. La astrología compartía con la alqullnia muchas suposiciones relativas a la naturaleza y la clasificación de los planetas y los signos del zodiaco. De particular importancia para la alqullnia eran las conexiones entre los planetas y los metales: el Sol y la Luna con el oro y la plata; Mercurio con el azogue, al que más tarde dio nombre; el lento Saturno con el plomo, denso y pesado; Júpiter con el estaño; Venus con el cobre, y Marte, el dios de la guerra, muy adecuadamente con el hierro. Los alqullnistas utilizaban también las técnicas astrológicas, en particular, como en la medicina, con el objetivo de establecer los momentos óptimos para sus actividades. Un ejemplar elaboradamente ilustrado de los cinco primeros capítulos del Ordinal] of Alchymy de Thomas Norton de Bristol (e. 1433­15 13 / 14), contiene horóscopos vivamente coloreados cons­truidos para diferentes etapas en la preparación de la piedra mosofal .Los usos mágicos de las imágenes astrológicas se proponen al final de un manuscrito en el que un dibujo a tinta del signo de Leo ilustra el libro astrológico de Leopoldo de Austria . Un escriba posterior ha añadido una receta a este volumen, que da instrucciones para construir un talismán de oro o plata con la forma de un león inscrita en él, en el día y en la hora del sol. Según el autor, «este sello debe atarse a un cinturón que se llevará alrededor de los riñones. Estoy seguro de que el que lo conserve nunca más sufrirá dolor». Sigue estas instrucciones una obra atribuida a Hermes Trimegisto, De yrnaginibus, que describe la fabricación de talismanes que portan imágenes de los signos del zodiaco y sus usos médicos particulares. El grabado de talismanes astrológicos con propósitos médicos estaba en la frontera de la práctica aceptable. Según el teólogo del siglo XIII santo Tomás deAquino, grabar caracteres mágicos en un objeto suponía un intento de comunicarse con los demonios, mientras que los dibujos grabados poseían un aspecto más inocente. Podían usarse simplemente para canalizar el poder natural de los cuerpos celestiales hacia una piedra preciosa o una lámina de metal. La aceptación de esta práctica pudo haberse incrementado tras la más infame utilización de un talismán médico en la Edad Media. En 1301, el astrólogo y médico catalán Arnau de Vilanova trató el riñón del papa BOnllacio vm con el talismán del león. El Papa despertó una gran indignación entre los cardenales cuando afirmó que su uso había aliviado su sufrimiento. Omne bonum, una enciclopedia de mediados del siglo XIV, de derecho canónico, teología y sabiduría general, compilada por un inglés llamado ]acobus, traza las fronteras del «bien» y el «mal» en astrología. La inicial iluminada (e de ConstelIacio) de un astró­logo vestido con atuendo escolar (50) presenta una advertencia a los estudiantes de este arte. Aunque sus ojos se fijan en el cielo y su mano derecha descansa sobre una tabla astrológica, con su mano izquierda toca o señala un círculo mágico en el que se encuentra un pequeño pero monstruoso demonio. La astrología, según este texto, es permisible cuando es útil, es decir, "cuando sirve a la enseñanza de la astronomía o ayuda a los campesinos o a los médicos"­ Jacovus condena la astrología que sirve a propósitos mágicos  o supersticiosos. La miniatura sugiere que se refiere a textos mágicos que describen la conjuración de espíritus ligados a los cuerpos celestiales y la elección de rituales mágicos según momentos astrológicos adecuados. Los planetas eran una fuente de poder ambiguo en la Edad Media, porque los filósofos no estaban de acuerdo sobre si sus esferas móviles se podían identificar con espíritus dotados de alma y voluntad. Algunos textos mágicos afirmaban poder canalizar la influencia de los planetas según las reglas astrológicas que definían sus fuerzas y debilidades en las diferentes partes de los cielos y en relación con los otros. Otros dirigían invocaciones a los espíritus de los planetas y de los signos del zodiaco, y por consiguiente se ganaban acusaciones de idolatría. Para muchos, quizá la mayoría de los astrólogos, su práctica del arte no era incompatible con su fe, e incluso podía ser usada para aumentar su conocimiento de Dios y de los asuntos religiosos. Dentro de este espíritu, el teólogo Pierre d'Ailly (1350-1420) escribió obras defendiendo la práctica de la astrología cristiana, y Richard Trewythian abrió una de sus revoluciones anuales con la cita «Conocer y entender pertenece a lo más glorioso, puesto que toda la sabiduría proviene de Dios». Un usuario del elegantemente ilustrado Liber Albumasaris  construyó un horóscopo para la natividad de Jesucristo en una guarda del manuscrito , Y si el nacimiento de Cristo podía ser analizado astrológicamente, lo mismo podía decirse de la piedad. Según una obra de adivinación lunar, que afumaba que el decimosegundo día de la luna era el día del nacimiento de Moisés, «quien nazca este día, será religioso» . En la Edad Media, los astrólogos consiguieron por lo general mantener el delicado equilibrio mediante el cual su arte era respetado como una rama de la sabiduría y tolerado por la Iglesia. Ambos estaban inevitablemente ligados y ambos sufrieron crecientes ataques a principios de la época moderna. Aunque mu­chos de los que abogaron por la Reforma y la Contrarreforma buscaron distanciarse de toda técnica con un atisbo de superstición, el menoscabo fundamental del estatus de la astro­logía como ciencia erudita vino con las trans­formaciones en la teoría cosmológica. Al mis­mo tiempo que la fisica aristotélica perdía su influencia y el centro del universo se alejaba de la Tierra, los cimientos filosóficos de la astro­logía se disolvían, y ésta fracasaba cada vez más en sus intentos de cumplir con las normas del nuevo concepto de ciencia. El arte de la astro­logía, con toda su complejidad, sobrevivió, si bien a la deriva de las nuevas corrientes que trataban la naturaleza del universo, con una popularidad duradera debido a su atractivo irmato para el hombre y su compulsivo deseo de conocer el futuro.

Fuente: "La Astrología en los Manuscritos Medievales" Sophie Page
publicado por RolandodeSantiago Tarot

Baraja Española

Los naipes españoles son, como se sabe, los Arcanos Menores del Tarot.
Su simbolismo ha cambiado de forma considerable a lo largo de los siglos.
Como las figuras se identifican en la práctica como las barajas corrientes, han perdido algo de su misterio.
Las cifras, por su parte, ofrecen muy pocos indicios para una interpretación fácil. Sin embargo, existen algunos datos indispensables que deben ser conocidos para echar bien estas cartas.

En los personajes (reyes, reinas, caballos y sotas) reaparecen los colores de los Arcanos Mayores, además de un símbolo específico (bastos, copas, espadas y oros).
Los ases se parecen a grandes flores abiertas, mientras que las cartas menores, cubiertas de vegetación, aluden a los vínculos de cada carta con la tierra o la naturaleza.
Tradicionalmente, cada palo va unido a un elemento:
  • fuego para los bastos,
  • agua para las copas
  • aire para las espadas
  • tierra para los oros.
Las formas modernas de estos elementos podrían ser: energía (fuego), tiempo (agua), espacio (aire) y materia (tierra).
También se asocia cada palo con una dirección y cada as a un continente. El norte corresponde a los oros (Europa y África al as de oros). El sur corresponde a las copas (los países del Océano Pacífico a las de copas). El este se atribuye a los bastos (el Asia al as de bastos) y el oeste, a las espadas (América al as de espadas).
Las cartas que nos representan

Cada uno de nosotros es representado por una carta del mazo. Esta viene determinada por la fecha de nacimiento:

•  Del 22 de enero al 10 de febrero: caballo de espadas

•  Del 11 de febrero al 11 de marzo: rey de copas

•  Del 12 de marzo al 13 de abril: reina de bastos

•  Del 14 de abril al 20 de mayo: caballo de oros

•  Del 21 de mayo al 17 de junio: rey de espadas

•  Del 18 de junio al 13 de julio: reina de copas

•  Del 14 de julio al 14 de agosto: caballo de bastos

•  Del 15 de agosto al 20 de setiembre: reina de espadas

•  Del 21 de setiembre al 23 de octubre: caballo de copas

•  Del 24 de octubre al 22 de noviembre: rey de bastos

•  Del 23 de noviembre al 12 de diciembre: reina de oros

•  Del 13 de diciembre al 21 de enero: rey de oros.

Los arcanos menores y los mayores

Los ases unen el mundo de los arcanos mayores con el de los arcanos menores. Si a una pregunta aparece como respuesta un as, habrá que recurrir a los arcanos mayores para concretarla.

Así, cada palo corresponde a un determinado número de arcanos mayores.
Los bastos precisan los efectos del Papa, la Papisa, el Carro y la Fuerza.
Su estación es el verano.

Las espadas se vinculan a la Justicia, el Ermitaño, la Rueda de la Fortuna, el Ahorcado, el Arcano sin Nombre (la Muerte), la Templanza y el Diablo.
 Su estación es el otoño.

Los oros se vinculan a la Torre, la Estrella, la Luna, el Sol, el Juicio y el Mundo.
Su estación es el invierno.

De una manera general, se considera que la fuerza viva y creadora de los bastos queda modificada por los elementos que deben atravesar para llegar hasta nosotros. Las cartas bajas de bastos (del 1 al 6) son más positivas que las otras (del 7 al 10). Las copas actúan preferentemente en el campo afectivo, y las cartas bajas son más significativas. Las espadas operan sobre nuestras posibilidades de acción, y el valor de sus cartas es equilibrado. Los oros actúan en el dominio material y son la realización de los otros tres palos. Cuanto más elevado es el número de un oro, mayor su acción benéfica.

Cada arcano menor posee numerosos significados. He aquí algunos. Hay que saber que los arcanos menores, del 2 al 10, sólo tienen significado si aparecen al derecho. Los ases, aunque estén invertidos, conservan su significado positivo.

LOS BASTOS

•  As: riquezas y éxitos profesionales, amistades duraderas y paz de espíritu.

•  Dos: contrariedades y oposición con amigos o relaciones de negocios.

•  Tres: signo de boda, puede ser interpretado como una relación amorosa duradera, seguida de un matrimonio con otra persona o con alguien a quien se conoce desde hace mucho tiempo.

•  Cuatro: carta de lucha en cualquier terreno; desconfiar del posible fracaso de un proyecto que puede provocar pérdidas de dinero, amigos indignos de confianza participan de él.

•  Cinco: boda con una mujer rica, es también la carta de la cólera, de la pérdida de empleo y del orgullo.

•  Seis: carta de la victoria sobre sí mismo, negocios provechosos con los socios.

•  Siete: carta del valor personal y el coraje, suerte y felicidad, desconfiar del sexo opuesto, necesidad de acción y cambios.

•  Ocho: carta del éxito en las gestiones y la rapidez en los razonamientos, peligro de dispersión, avaricia.

•  Nueve: carta de fuerza, excelente para las personas que se muevan mucho, carta de imaginación y creación artística, disputas con los amigos.

•  Diez: carta de opresión en todos los terrenos, dificultad para escapar de diversas autoridades pesadas, oportunidad inesperada, largo viaje.

•  Sota: joven adolescente de carácter muy individualista, inteligente, discreto, diestro, pero a veces violento y rencoroso, amigo impaciente pero sincero.

•  Caballo: persona violenta, generosa, charlatana pero rápida y eficaz en el trabajo, le cuesta analizar las situaciones, pero su acción es inteligente y tiene una excelente memoria. Humanista y romántica, sus ideas son generosas y se preocupa mucho por la felicidad de todos.

•  Reina: personal original por su trabajo, sus ideas o antecedentes, se adapta bien a las circunstancias, si está mal rodeada, puede ser hiriente y malintencionada, es afectuosa y buena, pero puede sufrir cambios bruscos de humor, todo depende de las cartas vecinas.

•  Rey: hombre servicial, de humor cambiante, que olvida pronto y no es rencoroso, anuncia una gran actividad y acciones imprevistas, además de un esfuerzo muy largo, cuyos primeros momentos serán decisivos. El rey de bastos anuncia la tormenta y todas las violencias del elemento fuego.
Las copas

LAS COPAS

•  As: la felicidad doméstica y las relaciones familiares o afectivas, según el contexto en que se dé, la familia estará o no unida, será o no cariñosa, será o no liberal. Con los bastos; relaciones difíciles. Con las copas; afectividad muy importante. Con las espadas; lucha por afirmar la propia independencia.

•  Dos: éxitos y suerte, amor y armonía entre dos personas.

•  Tres: una de las mejores cartas del juego, intervención feliz, protección oculta, ambiente inteligente, esta carta es un símbolo de buena estrella.

•  Cuatro: falta de plenitud, inestabilidad, consejos perjudiciales; con esta carta se es esclavo de los sentidos.

•  Cinco: carta de tensión, de quienes imaginan lo peor, deseos exacerbados, pasiones violentas y pérdida de libertad, en lo cotidiano, trabajo poco satisfactorio.

•  Seis: signo de victoria en todos los terrenos, así como de grandes alegrías, ausencia de egoísmo, sentido de la posesión y gran capacidad para gozar la felicidad.

•  Siete: señala la existencia de una amistad muy estrecha y de un amor que se declarará cuando llegue el momento, peligro de un sentimiento de culpabilidad y de abusos con la droga o el alcohol, riesgo de problemas de salud.

•  Ocho: carta un poco triste, que puede indicar la llegada de algo que se espera desde hace mucho tiempo, pero también un alejamiento definitivo.

•  Nueve: bellísima carta de suerte y felicidad, cumplimiento de sueños y deseos materiales, puede indicar un exceso de perfeccionismo o también una inestabilidad sentimental.

•  Diez: representa a una persona joven, un adolescente, en amor, el éxito perfecto, en lo que se refiere a la salud, cierta fragilidad, dificultades para realizar un esfuerzo continuado.

•  Sota: un hombre joven o una mujer servicial, un poco superficial pero amante, los sentimientos lo dominan todo, carta útil en los negocios.

•  Caballo: mensajero de violencias secretas y deseos reprimidos durante mucho tiempo, encierra ambiciones muy fuertes y el gusto por la responsabilidad, persona socialmente activa.

•  Reina: buena esposa y buena madre, bien adaptada en sociedad, inteligente y juiciosa, notable madurez.

•  Rey: hombre maduro, amable, optimista, pero no muy resistente, su indulgencia puede transformarse en debilidad pero puede dar buenos consejos en momentos difíciles, en el plano fisiológico su organismo se intoxica con rapidez-
Las espadas

LAS ESPADAS

•  As: la carta de lo absoluto, que sanciona todos los errores; factor de desesperación si uno no vive de acuerdo con sí mismo. Signo de notable inteligencia.

•  Dos: anuncia un respiro, una tregua entre dos batallas; para la salud significa una estabilización, en amor, las dificultades sólo pueden ser solventadas por medio de la inteligencia.

•  Tres: carta que indica penas y traduce entendimiento familiar deficiente, en el plano de la salud, peligro para el cuerpo; en el terreno material, trabajo que no corresponde a las aspiraciones.

•  Cuatro: carta del descanso después del combate, también indica celos en el entorno, representa a una persona incómoda y rígida que no se puede neutraliza5r, puede indicar peligros.

•  Cinco: carta de desequilibrio, de callejón sin salida, derrota en el amor, decepción en lo cotidiano.

•  Seis: éxito merecido, recompensa en acciones realizadas en el pasado, carta de la ciencia al servicio de la humanidad, anuncio de una curación o una felicidad próxima, señala la realización de un deseo.

•  Siete: carta inteligente, de tolerancia y sosiego, en amor, esperanza de una unión feliz.

•  Ocho: carta de tristeza que anuncia una disminución de las fuerzas, una discordia o una serie de obstáculos, la voluntad se halla turbada por circunstancias exteriores.

•  Nueve: fanatismo y crueldad, soportados o provocados; en el plano de la salud, anuncia una intoxicación.

•  Diez: corresponde a la noche y a todo lo que puede suceder durante ésta, desde el punto de vista material es la ruina o el fin de un ciclo; esta carta otorga la posibilidad de ascender hacia una nueva luz; en el plano de la salud, enfermedad contagiosa.

•  Sota: hombre o mujer que posee una gran lógica y una inteligencia precoz; carta relacionada con la justicia, bien rodeada, anuncia una victoria segura en un pleito, pero también puede ser signo de un divorcio amistoso o del comienzo de una amistad más lograda.

•  Caballo: egoísmo y proyectos originales; indica los proyectos más alocados, aunque, a veces, pueden realizarse.

•  Reina: mujer sola, viuda o divorciada, es la carta de la independencia y de los conceptos claros; puede ser dura y cruel.

•  Rey: hombre cuyo oficio está vinculado a las palabras y a los contactos sociales; actividad, inteligencia y éxitos sociales, persona que se defiende con aspereza.
Los oros

LOS OROS.

•  As: carta del triunfo material y de la suerte absoluta; anula los malos presagios de una lectura y refuerza los buenos, aunque aparezca invertido.

•  Dos: cambios felices y mejora de una situación.

•  Tres: energía constructiva que encuentra libre curso en el trabajo e independencia financiera.

•  Cuatro: carta del paternalismo y del poder sin agresividad; en el plano afectivo el entendimiento no durará mucho, para unas pareja, separaciones frecuentes y disputas, pero no divorcio; cerca de una carta fuerte y fértil puede anunciar el nacimiento de un niño.

•  Cinco: carta de grandes desórdenes sociales y de épocas difíciles, así como de tensiones entre personas y desequilibrios, violencia y agresividad.

•  Seis: éxito material, armonía y salud, representa el uso que se hace del dinero.

•  Siete: muy buena carta para todas las profesiones artísticas; en los demás terrenos, riesgo de dificultades financieras, carta de la terquedad y el trabajo.

•  Ocho: carta de la prudencia, la economía y deseos de seguridad, arcano de la unión feliz y el amor compartido.

•  Nueve: buena carta en el dominio material; anuncia el éxito en los negocios y las finanzas, signo de popularidad; en el campo afectivo, inconstancia o riesgo de inestabilidad.

•  Diez: carta de opulencia y éxito en una empresa difícil; arcano del valor y de la presencia de espíritu, anuncia una buena forma física.

•  Sota: carta femenina, ni buena ni mala por sí misma, su interpretación depende de las que la acompañan; inconstancia y narcisismo en el campo afectivo.

•  Caballo: único caballo de la baraja cuya fuerza es pasiva; posee una gran energía, pero se mueve con una gran lentitud, aunque cuando llega a tomar una decisión se revela muy competente.

•  Reina: mujer agradable, generosa y de apariencia frívola; muy buena, es más intuitiva que intelectual; le gustan las bebidas fuertes y la buena mesa, conoce sus límites y busca los placeres compartidos; le gusta disfrutar la vida.

•  Rey: carta que presenta afinidad con la agricultura; corresponde a todos los oficios de la naturaleza y la alimentación; hombre que suele estar casado y es buen trabajador; gana dinero y sabe conservarlo, símbolo de suerte para las personas; mal acompañada, esta carta denota un carácter un poco falto de independencia. 


Fuente: Apuntes de Vera  www.tarotdelazarina.es
20/06/2011

El Lugar de la Astrología en la Sociedad Medieval

El arte de la astrología se integraba en un amplio grupo de creencias y prácticas de la sociedad medieval: la cosmología y la filosofía natural, la medicina, la agricultura, las predicciones meteorológicas y la alquimia. Según la cos­mología medieval, la Tierra anidaba dentro de una serie concéntrica de esferas de los elementos, los planetas y las estrellas fijas . Este mundo estaba dividido en dos ámbitos distintos. Bajo el globo lunar y hasta el centro de la Tierra, las esferas de los cuatro elementos y todos los cuerpos por ellos integrados eran corruptibles y cambiantes. Por encima se situaba la región celestial incorruptible de las siete esferas planetarias, el octavo cielo o esfera de las estrellas fijas, el noveno cielo cristalino y el décimo cielo o primum mobile. El décimo cielo iniciaba los movimientos de los demás orbes: en el diagrama simplificado que se representa aquí este movimiento cosmológico es instigado por los ángeles. Más allá se encuentra una esfera inmóvil llamada el cielo empíreo, que contenía al mundo dentro de ella y era la morada de Dios, los ángeles y los bienaventurados. El lugar de la astrología dentro de esta cos­mología quedaba asegurado por la preeminencia de la fisica aristotéhca en la filosofia natural, desde el siglo XII en adelante.Ya que Aristóteles (384-322 a.e.) había defendido, en la Meteorologica y en otras de sus obras, que los procesos de generación y decadencia de la tierra eran causados por cambios en los cielos, los cuerpos celestes se incluían como causas en la larga cadena de influencia que descendía desde Dios y los ángeles hasta la Tierra. Vívidos ejemplos de la influencia celestial, tales como la del sol sobre las estaciones o la de la luna sobre las mareas, suponían un respaldo adicional a la «astrología natural». La rales, las plantas y los animales y la consiguiente im­portancia de la astrología en la medicina, la agricultura, la meteorología y la alquimia era casi universalmente aceptada. Sólo la influencia de los planetas sobre los humanos causaba un serio malestar en la Edad Media. Muchas soluciones de compromiso a este problema, propuestas tanto por astrólogos como por eclesiásticos, situaban los cuerpos, las pasiones y los arrebatos de los hombres bajo el dominio de las estrellas, mientras que salvaguardaban su alma y su razón, así como el libre albedrío del individuo. Mientras los teólogos debaúan acerca del papel exacto de la astrología en el esquema cosmológico, circulaban textos que señalaban relaciones precisas entre los cuerpos celestiales y los objetos sublunares. Los herbarios y lapidarios astrológicos describían plantas y piedras concretas que recibían su forma y su naturaleza de los planetas, de los signos del zodiaco y, a veces, de las estrellas fijas. Además de enumerar sus propiedades, estos textos daban a menudo instrucciones para Íntensificar el poder natural de las plantas y las piedras, eligiendo el momento de usarlas según la influencia del planeta, la constelación o la estrella que las regía. La teoría y la práctica de la astrología natural y de otras artes ocultistas lograron una gran difusión a través del popular e influyente Secretum secretorum (véanse 21, 28, 29 Y 43), texto que pretendía ser una epístola del filósofo Aristóteles a Alejandro Magno. Además de abogar por la práctica de la astrología erudita, muchas versiones de esta obra contenían descripciones de las influencias celestiales sobre las plantas y las piedras. El Secretum secretorum distinguía entre dos aproximaciones a la filosofía natural: el conocimiento de las propiedades de las cosas y el funcionamiento de los objetos naturales. Según est.e texto, cada planta actúa en función de uno de los planetas, una afirmación que se ilustra en una miniatura de un manuscrito cuidadosamente ilumi­nado realizado para el rey Eduardo III de Inglaterra en 1326-1327. En él se dice que las plantas que carecen de luz son gobernadas por Saturno, mientras que aquéllas que florecen pero que no dan fruto están dominadas por Marte. Se ofrecen unas cuantas recetas prácticas, incluyendo una para usar siete semillas de un árbol llamado androsman. Se aconseja al que las use «triturarlas en su nombre (el de la persona a la que deben afectar), cuando surge Venus, de manera que sus rayos las toquen. Dárselas a beber o comer, y el miedo morará en su corazón y te obedecerá siempre, durante toda tu vida». Una especie sin nombre, de amplias ramas y flores blancas «es pro­piedad de Marte y Mercurio y de la naturaleza del fuego y el aire. Su poseedor nunca carecerá de sosiego mientras la lleve encima». Otra miniatura de este manuscrito representa a un sirviente del rey llevándole «dos piedras con maravillosas virtudes que se encuentran en los lugares oscuros». Éstas salen a la superficie del agua y descienden a las profundidades dependiendo de si el sol sale o se pone . Las des­cripciones de plantas y piedras del Secretum secretorum eran adecuadas al contexto de Alejandro Magno recibiendo enseñanzas sobre las maravillas de la naturaleza de su consejero Aristóteles. Esta imagen del rey como poseedor de una sabiduría oculta era conveniente para los gobernantes de la Edad Media, de los que se esperaba que pose­yeran los poderes milagrosos de un monarca elegido por Dios.Encontramos sencillos aforismos sobre la influencia de la luna en las plantas y los animales, en las labores estacionales del campo y en el clima en otros contextos: obras sobre adivinación lunar e incluso escritos sobre agricultura. Ilustraciones de un perro de caza, un arado y una cesta de semillas acompañan un texto adivinatorio que afirma que el vigésimo quinto día de la luna es «bueno para cazar y comenzar a plantar la simiente». Los granjeros que consultaban estos tratados no habrían comprendido, o no se habrían interesado, en las complejas teorías y cálculos de la astrología erudita, aunque sus creencias populares se basaban en las mismas premisas de influencia celestial. Del mismo modo, los marineros que conocían los efectos del sol y la luna sobre las estaciones y las mareas, y que predecían el tiempo a partir de las señales fisicas de estos cuerpos celestiales, quizá no consultaran textos astrológicos, aunque estaban realizando una asociación sirni­ lar entre los cambios celestiales y los chInáticos. El enciclopedista san Isidoro de Sevilla (570-636) relacionaba la iconogrma de los signos del zodiaco con las condiciones meteorológicas propias de su mes. Sus comentarios se copiaron en un manuscrito italiano que representa a Capricornio, de forma poco habitual, como un unicornio . Este di­bujo a tinta se acompaña de una nota que dice que antiguamente se representaba el signo como una cabra con cola de pez, debido a las fuertes lluvias que caían en diciembre. Un intento mucho más sistemático de relacionar los fenómenos celestiales con el chIna lo encontramos en un manuscrito de finales del siglo XIII, propiedad de William Herbert, provincial de los franciscanos de Oxford. Las tablas astrológicas que muestran las posiciones diarias de los planetas para el año 1269-1270 se acompañan de notas margi­nales acerca del chma. Parece ser que Oxford no tuvo una blanca Navidad en diciembre de 1269. Según el anotador, hubo heladas matutinas cada mañana desde el día 22 hasta el 29, pero se fundieron rápidamente y llegaron días de buen tiempo.Los símbolos astrológicos se establecieron en la conciencia medieval como parte de la iconogrma del tiempo, con los planetas vinculados a las horas y los días de la semana Y los signos del zodiaco a los doce meses. Los signos Aries, Tauro, Géminis y Cáncer  ilustran el De temporum ratione (c. 722-725) de Beda el Venerable, un influ­yente tratado sobre el cómputo, es decir, la medida del tiempo con el objetivo de con­feccionar el calendario de la Iglesia. Para Beda, el zodiaco era una convención de la me­dida astronómica, parte del aparato necesario para calcular la fiesta movible de la Pas­cua, que suponía la complicada coordinación de datos lunares y solares. En su obra, los signos del zodiaco se acompañan de un poema que liga a cada uno de ellos a un mes en el calendario solar. La curiosidad acerca de los significados mitológicos y astrológicos del zodiaco y los planetas es, sin embargo, evidente en los márgenes de muchos tratados sobre el cómputo. En este manuscrito de Beda, del siglo XIII, el escriba ha añadido notas a los mitos grecorromanos ligados a dos de los signos: los gemelos Cástor y Pólux (Géminis) y el ]úpiter en forma de toro que raptó a Europa (Tauro).Los tratados sobre el cómputo se acompañaban frecuentemente de breves textos adivinatorios que dependían, como el calendario, del cálculo de los movimientos del sol y de la luna. Estos tratados eran fáciles de usar y fueron populares a lo largo de la Edad Media. Algunos estaban estrechamente ligados a la información dada por el calendario, ofreciendo predicciones generales para el año según el día de la semana en que cayera la Nochevieja, elIde enero o la Navidad. Otros relacionaban la posición del sol en el zodiaco al carácter de los individuos o a la predicción del tiempo. Según una obra de adivinación mediante los truenos, por ejemplo, «cuando truene en Géminis (es decir, cuando el sol se encuentra sobre este signo) habrá mucha lluvia y granizo, el trigo se multiplicará y muchos gusanos llegarán arrastrándose». El manuscrito con ilustraciones de Capricornio. Y de los demás signos del zodiaco contiene también un tratado sobre el cómputo y una copia ilustrada del Liber introductorius del astrólogo del siglo xm Miguel Escoto. Esta última obra ofrece breves descripciones de caracteres y predicciones acerca de los nativos de cada signo y cons­telación. Si un hombre nace bajo la constelación del Delfin, por ejemplo, «se divertirá fácihnente... presenciará y escuchará grandes novedades. Viajero, herirá a muchas con su seducción. Será más pobre que rico y, aun así, vivirá sin grandes esfuerzos». 
Los calendarios ilustrados con los signos del zodiaco estaban presentes no sólo en los manuscritos que se ocupaban de la medida del tiempo, sino también en los libros de oración. El breviario del sacerdote, libro para su devoción privada, contenía un calendario con una lista completa de las fiestas de la Iglesia y las oraciones que las acompañaban. Del siglo XII en adelante este tipo de volumen se adaptó cada vez más al uso secular como compendio de textos devocionales dedicados a la Virgen y que se correspondían a las ocho «horas» canónicas de los servicios. Estos «libros de Horas», enormemente populares, y normalmente pequeños y muy decorativos, estaban destinados al uso privado de los seglares. Abrían con un calendario en el que los signos del zodiaco encabezaban listas de los días de los santos y a menudo se entremezclaban con sus retratos y con escenas religiosas. En este contexto, la iconografia de los signos llegó a un público muy amplio, atestiguando su exitosa cristianización. El artista italiano de un libro de horas francés, por ejemplo, ilustraba el folio del mes de mayo con imágenes relacionadas con el tema del amor y los amantes. Géminis se representa mediante una pareja de enamorados, junto con la creación de Eva a partir de la costilla de Adán y una pareja a caballo  . En la página opuesta Venus, la diosa del amor, aparece bañándose, mientras Cupido, con los ojos vendados, permanece en la orilla. Es muy probable que la integración de los signos del zodiaco en el calendario medieval aumentara la credibilidad de las conexiones establecidas por la astrología natural entre los cielos, la meteorología y las actividades estacionales de la agricultura, ya que el calendario se solía acompañar también de los doce «trabajos de los meses», extraídos de las actividades agrícolas del campo, tales como el engorde de los cerdos con bellotas en noviembre . Las labores de los meses suponen una visión idealizada de la naturaleza, en la que campesinos robustos y capaces realizan con serenidad importantes labores agrícolas. Este ordenado mundo en el que el trabajo, el campesino Y la estación se encuentran en armonía en un ciclo predecible y repetido tiene bastante relación con la concordancia astrológica entre los planetas, los tipos de personas y las ocupaciones. A pesar de ello, suele haber muy poca astrología en los calendarios medievales, excepto la probablemente fortuita. A veces se ilustran escenas de panadería junto con Capricornio (diciembre), cuyo regente planetario Saturno gobernaba sobre los panaderos, y en un breviario español de finales del siglo xv, Acuario, a menudo considerado un signo de lluvia, vierte su jarro de agua en el paisaje que aparece debajo de él. Los imaginativos artistas que inscribían los signos del zodiaco en el mundo real tenían más interés en incorporarlos ingeniosamente que en sus implicaciones astrológicas: así, Piscis se convierte a veces en un pez que está siendo asado en una parrilla; Acuario, en un criado sirviendo vino; y Cáncer, en el Salterio de la reina Mary, de principios del siglo XIV, es sacado del agua por un par de pescadores . Una convención pictórica con ciertas similitudes con la conjunción del calendario entre los signos del zodiaco y las labores, pero que descansa en fundamentos astrológicos, es la de los «hijos de los planetas» . La tradición iconográfica demostraba el al cance de la influencia celestial en la sociedad humana, situando diferentes grupos y ocu­paciones sociales bajo la regencia de cada uno de los planetas. En el primer ejemplo que damos aquí, de la Epitre d'Othea a Hectar (1399-1400) de Christine de Pisan, Diana, la diosa de la Luna, aparece sentada en la curva de su esfera planetaria apuntando con su arco y su flecha a sus «hijos» o «adeptos», que se colocan en posiciones extrañas denotando su condición de lunáticos . Christine de Pisan, como hija de un astrólogo y médico de la corte de Carlos V de Francia, sabía incorporar sus conocimientos astrológicos en sus obras literarias. En la Epitre d'Othea los planetas y sus seguidores están destinados a ilustrar la gama de virtudes y vicios que un buen caballero debía poseer o evitar. Debía es­quivar la inconstancia y la locura representada por la Luna, pero ambicionar la elocuencia y los buenos consejos representados por Mercurio y sus seguidores . La ampha difusión de las ideas y de la iconografia astrológica queda patente en su presencia en dos de los hbros más populares que circulaban en el medievo: el Secreta secretarum y los calendarios de los hbros de horas. Es más dificil valorar el alcance de estas enseñanzas entre el púbhco en general, y de qué manera se mezclaron con las creencias populares relativas a las influencias del sol y la luna. Los hbros de horas ilustrados pudieron ser usados por la gente semi-alfabetizada, y la práctica habitual de leer los hbros en voz alta habría incrementado la transmisión de las creencias y las prácticas astrológicas. Pero quizá la forma más común de exposición de la astrología fuera a través de la práctica de la medicina astrológica.

Fuente:"La Astrologia en los manuscritos medievales"  Sophie Page
publicado por RolandodeSantiago Tarot
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