El arte de la astrología se encontraba dividido en dos ramas principales: la astrología mundana (llamada también natural y general) y la astrología judicial. La astrología mundana se ocupaba de las influencias celestes sobre fenómenos naturales tales como el clima y la predicción de acontecimientos generales. En esta categoría quedaban incluidas las revoluciones anuales (horóscopos de la entrada del sol en Aries, el comienzo del año astrológico) y horóscopos calculados para fenómenos celestes, como conjunciones, oposiciones y eclipses. Una miniatura de un ejemplar del Liber astronomicus de Bonatti representa la ofrenda de esta obra al rey Enrique VI. Se coloca convenientemente en la sección que trata de las revoluciones anuales, con el fin de presentar al rey como un personaje influyente en el escenario del mundo, y en cuyo reino sucedían acontecimientos de impacto generalizado: la fertilidad de la tierra, guerras y peste, y todos los niveles de la sociedad. La prominencia del rey, un soldado y el arzobispo en esta ilustración es un eco de las instrucciones de Bonatti al astrólogo para que encuentre los planetas que equivalen al rey, a los soldados y a los obispos en el horóscopo. El hombre que presenta el libro y el arzobispo que aparece a su lado señalan una vista lejana del sol, la luna y otros planetas, imprimiendo a la astrología el sello de la ortodoxia cristiana e inculcando al rey la oportunidad única de leer el futuro en las estrellas. En muchas cortes de la Europa medieval, los gobernantes recibían consejo astrológico de los médicos y los clérigos. Aunque la costumbre de consultar a los astrólogos solía ser condenada por parte de los cortesanos y los teólogos, su existencia se muestra en documentos contemporáneos y en manuscritos astrológicos como éste, exquisitamente decorados para sus nobles propietarios. El conocimiento de la astrología impregnó a todas las clases sociales, y el astrólogo Richard Trewythian, antes mencionado, confeccionó la revolución anual de 1448. Trewythian, también médico y prestamista, tenía todo tipo de clientes «astrológicos», desde artesanos hasta un abad. El pronóstico comienza nombrando a Marte Señor del Año, por ser el planeta con el mayor número de dignidades del horóscopo de la derecha. A una lista de predicciones generales causadas por la influencia de Marte en Escorpio en la décima casa le siguen los significados de otros planetas importantes del horóscopo. Marte significa una serie de tristes acontecimientos que comienzan con «una multitud de nubes y un intenso frío en invierno y un exceso de calor en verano y disputas sobre los productos y los árboles. y habrá enfermedades de los ojos y robos y se multiplicarán los salteadores de caminos por las calles». Los astrólogos podrían manejar muchos textos que contuvieran listas de significados para todas las posibles combinaciones de planetas, signos del zodiaco y casas. Trewythian consultó el Quadripartitum de Ptolomeo, junto al comentario de Ali Ibn al-Ridwan, el De iudiciis astrorum de Ali Ibn Ali Rijal Y obras de Albumasar y Messahala. Probablemente le influyeron también su propia experiencia en predicción astrológica y los sucesos y preocupaciones de su época. La predicción de Trewythian sobre efusión de sangre, guerra, peste, muerte y terror para 1448 no debió causar mucha sorpresa. En el turbulento siglo xv, los conflictos entre las facciones que intentaban llenar el vacío de poder planteado por el débil reinado de Enrique VI empezaron a tomar la forma de los enfrentamientos armados conocidos como la «Guerra de las Dos Rosas». Se creía que los dramáticos fenómenos celestes tenían una influencia importante en la Tierra, y por esta razón Trewythian construyó también un horóscopo para un eclipse que ocurriría antes de la entrada del sol en Aries, para calcular su influencia sobre aquel año. En las crónicas medievales se decía a menudo que los eclipses y los cometas presagiaban la muerte del rey, la guerra, epidemias o algún otro desastre.
La astrología judicial se centraba en el individuo y proporcionaba predicciones más concretas para la vida de una persona y el momento adecuado para llevar a cabo una tarea. Por eso despertó recelos entre los eclesiásticos, que la veían como una amenaza al concepto de libre albedrío y a la divina providencia de Dios. Una respuesta común de los astrólogos a estas críticas era que los sabios dominaban las estrellas y que conocer los acontecimientos de antemano mitigaba su impacto y permitía a los hombres prepararse para el desastre. Dentro de la astrología judicial se incluye el tipo de astrología más popular hoy en día, la astrología natal, y otros tipos que tenían casi igual interés para el astrólogo medieval: la astrología horaria y la electiva. Un horóscopo natal es una representación de los cielos en el momento del nacimiento de una persona. Proporcionaba información sobre el carácter del nativo, el transcurso de su vida y el momento y forma de su muerte. Como no siempre se guardaban registros exactos de la hora del nacimiento, salvo en las familias pudientes y aristocráticas, a veces el astrólogo tenía que reconstruir la hora del nacimiento examinando los « accidentes» importantes de la vida del nativo. Un popular libro de asesoramiento político y moral para príncipes, el Secretum secretorum, aconseja a los gobernantes consultar a los astrólogos para conocer las inclinaciones naturales de sus hijos . El Liber astronomicus de Bonatti ilustra las influencias celestiales sobre un recién nacido, en forma de una estrella que dirige sus rayos sobre la cabeza del niño. En este texto el carácter y la vida del nativo se tratan examinando cada una de las casas astrológicas sucesivamente, desde la forma y figura del cuerpo del nativo (primera casa) hasta los enemigos ocultos que encontraría a su paso (duodécima casa) . En cada área de la vida del nativo destaca un planeta diferente. En lo que respecta al matrimonio destaca el planeta Venus, mientras que Bonatti afirma que «para una investigación sobre la fe del nativo y la profundidad de su conocimiento hay que observar a Mercurio». También se tratan diferentes aspectos de cada tema. Por lo que se refiere a los descendientes del nativo, el astrólogo es capaz de predecir su sexo y su número, cuáles morirán primero y cuáles vivirán más. Bonatti introduce también la opinión de otros astrólogos, ofreciendo, por ejemplo, la opinión de Ptolomeo sobre cuál de los descendientes que aparecen en el horóscopo logrará la prosperidad. Contratar los servicios de un astrólogo para construir un horóscopo del nacimiento del rey era una empresa peligrosa, ya que se creía que estas cartas revelaban la fecha y la forma de la muerte del nativo. Han sobrevivido diferentes versiones del de Enrique VI, tanto de las que se hicieron con el permiso oficial como otras asociadas a intenciones más traicioneras. El matemático y astrónomo John Holbrooke, que según parece ofreció consejo astrológicos tanto a este rey como a su padre, Enrique V, confeccionó una carta natal en el momento de su nacimiento. Durante el reinado anterior, sin embargo, dos clérigos fueron acusados de conspiración para utilizar la astrología y la magia con el fin de conseguir la muerte del rey en colaboración con la ambiciosa duquesa de Gloucester. Pese a que su horóscopo parece haber revelado solamente la probabilidad de que el rey padeciera una enfermedad, Thomas Southwell murió en prisión y Roger Bolingbroke fue ejecutado, mientras que la propia duquesa fue condenada a cadena perpetua. Practicar la astrología no era en sí un delito, puesto que inmediatamente se encargó a un astrólogo partidario del rey dar la vuelta a las funestas predicciones anteriores y ofrecer una interpretación más tranquilizadora de la carta natal del rey. La astrología era más vulnerable a las críticas cuando estaba pegada a la práctica de la magia: los dos clérigos y la duquesa fueron acusados de practicar la necromancia (un tipo de magia que implicaba la conjura de espíritus o demonios) además de la astrología para provocar la muerte del rey. Las cartas natales tenían la capacidad potencial de seguir siendo usadas para construir horóscopos en los cumpleaños del nativo. Las posiciones de los planetas en estas «revoluciones solares» se comparaban con las de la carta natal con el fin de hacer predicciones para el año en cuestión. Richard Trewythian practicaba con regularidad este tipo de astrología, y en su cuaderno de notas dibujó incluso una pequeña cara en el cuadrado central del horóscopo, sin duda su autorretrato. Aunque no conservamos predicciones para esta revolución de 1434 de su carta natal, una sentencia acompaña el horóscopo de su 52º cumpleaños, el 28 de octubre de 1445. En él, Trewythian anota que Júpiter y el Sol en esta revolución significan una mejora del cuerpo y de los negocios, y tendrá un hijo que le dará grandes alegrías. Como Venus se coloca en el sitio de Mercurio en la carta natal, significa que tendrá poder y fama por su elocuencia y su intelecto, especialmente debido a que se encuentra en conjunción en la cuarta (casa);. La popularidad de las cartas natales nos la indica su presencia en los manuscritos que han llegado hasta nosotros, mayor que la de los horóscopos de otros tipos. Es probable también que un gran número de cartas no sobreviviera, ya que seguramente los clientes se quedaban con sus cartas y las de sus hijos para futuras consultas. La mayoría de los horóscopos medievales perviven en libros confeccionados por los propios astrólogos o recopilados por los posteriores aprendices de este arte. El cuaderno de notas que registra la práctica astrológica de Richard Trewythian contiene una serie de cartas horarias, un género que no suele estar presente en los textos astrológicos grecorromanos pero que alcanzó una gran popularidad con los astrólogos árabes, que lo habían encontrado en fuentes hindúes. La astrología horaria se usaba para determinar la respuesta a preguntas concretas mediante una figura trazada para el momento en que se formulaba la pregunta. Trewythian practicaba también, aunque en menor medida, la astrología electiva, según la cual se estudiaban las posiciones planetarias con objeto de establecer cuál era el momento más adecuado para emprender una actividad. En 1452, por ejemplo, confeccionó un horóscopo para determinar cuál era el mejor momento para que su cliente abandonara la ciudad y marchara a la guerra. Los clientes probablemente visitaban al astrólogo en su casa, donde le revelarían sus problemas íntimos de crisis domésticas y embarazos, dudas relativas a transacciones comerciales, temores de que estallara una guerra y búsquedas del tesoro. Ante sus ojos, las esperanzas e inquietudes que habían expresado se reconstruirían en forma de una representación de los cielos de la que el astrólogo extraía su respuesta. En menos de un cuarto de hora, quizá, habría terminado todo el proceso. Uno de los temas más comunes de la práctica horaria de Trewythian eran cuestiones relacionadas con robos. Dos horóscopos que construyó para el "abad" tienen que ver con el robo de una copa de oro que aparece esbozada dentro de una de las figuras. Trewythian fue capaz de describir a su cliente las características marcianas del ladrón: «Es de complexión rolliza con pelo castaño y grasiento y a menudo tiene granos en la cara. Tiene la barba rala y los ojos pequeños; su cuerpo es tosco y encorvado. Es un sembrador de malas hierbas y de discordia entre los hombres». Desafortunadamente, aunque se dice que el ladrón tiene todavía el objeto en su poder y siente el deseo de hablar de su crimen, el astrólogo no confía en que la pieza se recupere.
Fuente : "La Astrología en los Manuscritos Medievales" de Sophie Page
publicado por RolandodeSantiago Tarot
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