Nos centraremos en toda esta sabiduría milenaria que muchas veces desconocemos, lo significativo que resultaban las plantas mágicas en la Edad media y cómo la actual medicina también se remonta a esos tiempos, y lo que resultaba para los curanderos y brujos de la época.En la historia des Philtres, charmes, et poisons (obra coronada por el instituto premio Barbier 1881 Francia), el autor solamente esbozó los ungüentos y perfumes mágicos. Si bien indicaba particularmente la Belladona , el Estramonio y el Beleño, no efectuó la enumeración completa de las demás sustancias empleadas por los curanderos de la Edad Media. Todas se refieren a la materia médica y aunque su empleo actual difiera esencialmente de su antiguo destino, no carece de punto de vista la historia natural perteneciente al campo de la farmacia y la medicina propiamente dicha.
El influjo psíquico ejercido en el espíritu de lo adeptos durante la Edad Media tuvo como causa el empleo de los ungüentos mágicos, unidos a las evocaciones, la unción y el aroma de los perfumes. El perfume penetraba en el mundo de los espíritus, a veces debían hacer descender a la tierra los genios etéreos.
La medicina nació en los templos, siendo presentada como la divina inteligencia. Las curaciones logradas por la misma eran consideradas como milagros y los médicos eran los grandes magos. Actualmente es sabido que los ungüentos y aromas mágicos que producían turbación en la imaginación y cuya base era la Belladona hicieron que dicha planta en el siglo XVI tomara el nombre de "hierba de las brujas".
En nuestros días la ciencia nos ha hecho observar que el aceite que se extrae del grano de Estramonio si se aplica en las sienes provoca visiones que cabría pensar que se está asistiendo a una sesión de espiritismo. Las unturas mágicas cuya base era el Aconito producía trastornos visuales, vértigo y alteraban los sentidos del gusto y del tacto. Cuando el mago quería ocasionar perturbaciones en los sentidos como la inteligencia utilizaba el aroma de belladona.
Para casos maravillosos el jugo del Cáñamo indio se aplicaba en forma de compresas sobre una llaga o sobre quemaduras lograba activar la inteligencia del sujeto y le servia también como afrodisíaco. Para provocar dolencias consideradas se servían de fricciones hechas con Zumo de Celidonia; también usaban la Cicuta que producía ataques de rabia y de tétano. Con el Colquico producían éxtasis y visiones.
No sólo todas esas sustancias tóxicas eran necesarias en esta perfumería infernal, sino que todo ese arsenal empleaban en las enfermedades pronosticadas con anticipación.
Fuente: Prof. Ana Abraham
publicado por RolandodeSantiago Tarot
Fuente: Prof. Ana Abraham
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